Aceite de oliva y merengue,

ante el espejo,

este payaso

acaso se pregunta

si ha merecido la pena rescatar la luz,

pintar la pista de colores

y quemarse para darte calor.

Este payaso,

con hambre de alientos y paréntesis de dudas,

te espera en ese espejo

para que le digas

que tu piel ya nunca volverá a ser tan gris.

Regálale tu luz, tu color y tu calor,

y,

siempre que tú quieras,

volverá a ser merengue y aceite de oliva.