Pero el mucho más difícil todavía

te arrancará risas olvidadas,

en cuanto el payaso pálido y el augusto

pisen la pista

con sus sabias tonterías,

la caída de la inútil hoja

y sus duelos sin sangre

El mucho más difícil todavía,

que hasta que cruzaste ese estrecho de asfalto,

de puro obscuro, era impensable.

El mucho más difícil todavía cuando los payasos,

haciéndoles un corte de mangas a sus adentros,

con lo que hay que tener,

con lo que hay que ser capaz de dar,

descargan un cubo lleno de cascabeleos

sobre tu soso siempre igual.