El más difícil todavía

va,

poco a poco,

venciendo al más fácil todavía.

Horas sin cuento de dedicación

te asombrarán

con lo posible que es lo imposible,

con lo pobre que era tu posible,

con el imposible de ponerse el mundo por montera

y con lo posible de transformarlo todo

en un remolino de color

o de convertirse en una chispa de luz.